presento el perfume de alejandro sanz

Si hasta Antonio Banderas tiene una colonia con su nombre, por qué no yo?, debe de haberse preguntado en algún momento Alejandro Sanz. La respuesta a esa pregunta es 'Siete', un perfume rubricado con la firma del cantante e inspirado en las siete notas musicales que él ha sabido combinar de infinitas formas hasta conseguir un éxito casi perpetuo.

Sanz presentó sus nuevas fragancias para hombre y mujer el pasado martes en un hotel madrileño de claras reminiscencias taurinas; pero esa tarde él estaba más motero que torero: chupa de cuero, pantalón tejano, botas estilo 'cowboy' de punta interminable, algún kilito de más y una cruz al cuello... Con sus ojillos traviesos y la retranca gaditana que le caracteriza, Alejandro Sanz se dedicó a rocíar a los presentes con su perfume, al grito de «Tranquilos, tíos, que no es insecticida». A una reportera televisiva le lanzó unas cuantas ráfagas de spray, y ella, que por lo visto las había contado, mirando a la cámara comentó emocionada: «Me ha echado siete».

Bromas aparte, no había ningún indicio aparente del agotamiento que hace un par de meses obligó a Alejandro Sanz a suspender su gira americana. Tras una serie de conciertos veraniegos por España, en los que su espectáculo 'El tren de los momentos' ha cosechado gran éxito de crítica y de público, al cantante se le veía pletórico. ¿Feliz, a pesar de todo?, le preguntaron. «A pesar de todo no, por culpa de todo», corrigió con una sonrisa.

El nuevo perfume de Alejandro Sanz para hombre huele a cuero, a cítricos -un aroma que, según explicó, le recuerda a su infancia- y a madera. La versión femenina de 'Siete' es algo más floral, porque al cantante le agrada que las chicas huelan a flores... «Pero sin pasarse -matizó-, porque a mí no me gustan las mujeres excesivamente complicadas, ni siquiera en el perfume. Prefiero las fragancias (y por extensión, se supone que también las mujeres) frescas».

Frentes abiertos

Durante los últimos meses, muchos han sido los frentes abiertos en la vida de Alejandro Sanz. A la tristeza que le causó su divorcio de Jaydy Michel, madre de su hija Manuela, se unieron poco después la revelación al mundo de un hijo secreto, las posteriores declaraciones de la madre de ese hijo, la ahora famosísima Valeria Rivera, y el juicio contra dos ex empleados suyos acusados de chantaje. «Prefiero no hablar de eso. Sólo quiero que se resuelva cuanto antes», declaró el cantante en relación al citado proceso judicial. Sanz no dijo a qué huele la traición, pero es un hedor pegajoso que ahora conoce bien y que seguramente no olvidará jamás.

«Mi nuevo estudio está ya terminado y estoy deseando encerrarme en él a componer», dijo el cantante, tras confesar que algunas veces se ha visto haciendo cosas con las que no estaba de acuerdo. «Eso me ha llevado a aprender que el límite está en ese punto a partir del cual ya no te sientes a gusto», dijo. Alguien le preguntó con qué Alejandro Sanz se quedaba, con el ingenuo tímido de sus comienzos o con éste de ahora, más curtido. «Me quedo con el que soy -atajó rotundo-, entre otras cosas porque no tengo otro remedio. Sería un iluso si creyera que puedo volver atrás». Y, como la cosa iba de aromas, Sanz dijo bromeando que él, al terminar un concierto, huele... «A éxito». Poco después, tras dejar claro que de romances, nuevas novias y cosas por el estilo no iba a soltar prenda, el cantante confesó que el amor le huele a «verdad, a sinceridad, a complicidad, a compañerismo... Y, por supuesto, a pasión».